viernes, 12 de abril de 2013

Acotando los prejuicios y tópicos

Una de las temáticas que pienso explotar en este blog es la formación de los usuarios en un sentido amplio. Espero apostar por unos usos concretos de la informáticas, elogiar algunas actitudes y criticar otras.   Como ya expondré en otro artículo pienso que hay que cambiar radicalmente los paradigmas de formación en informática.

Eso me va a llevar a hablar de buenos y malos usuarios.  Y antes de hacerlo me gustaría hacer algunas aclaraciones previas. En general pretendo en este artículo definirme contra los prejuicios y tópicos pero sin ponerlos como tabú.  Quiero decir, claramente, que me posiciono, por ejemplo, contra considerar que los negros son menos inteligentes que los blancos, pero que no pienso que sea un tabú hablar de inteligencia de unos y otros.  Por cierto, mi experiencia en un diálogo como el que acabo de citar fue ver la poca inteligencia del que planteaba el tema.

Así, cuando critique prácticas citaré  este artículo para evitar sufrir etiquetas que creo no tener. Aunque admito discutirlo, no estoy seguro de todo.

Por cierto, aunque me refiero a los prejuicios y los tópicos sobre los usos de la informática, en muchos casos son prejuicios sexistas o incluso racistas. 

Vamos a ello.

Para los que trabajamos en la informática es fácil ser prepotente con el que no sabe. Creo que eso es un error. Por contra conozco a quien en un alarde de ser 100% políticamente correcto, no solo comprende sino que aplaude y fomenta la incultura informática.  Me parece igual de censurable que la postura anterior.

Muy a menudo cuando hablo de prejuicios me viene a la mente una frase de Simone de Beauvoir que leí en su obra 'El segundo sexo'. Decía más o menos que los norteamericanos no dejaban otra opción a los negros que ser limpiabotas y de los resultados de esa discriminación deducían que solo servían para limpiar botas.

Mi propuesta de 'solución' es criticar con respeto.

En muchos casos cuando informatizamos una empresa nos encontramos a alguien ignorante en informática pero .... experto por ejemplo en fabricar quesos.  Mi objetivo es que fluya los conocimientos de unos a otros. Así ganamos los dos.

Voy a contar mi primera anécdota de usuarios malos y buenos.  Esto me pasó en 1985, en los comienzos de Estudio Informática, el proyecto que empecé con un compañero y en el que 28 años después sigo.  Omitiré datros.  Hice un viaje a 60 kms de Granada para instalar una aplicación de contabilidad. Yo la explicaba en una o dos horas. Volví desesperado. En más de 3 horas expliqué menos de lo habitual.  Me encontré con una persona torpe, al que había que repetir las cosas 4 ó 5 veces y no se enteraba de nada. La casualidad hizo que al día siguiente fuera a hacer lo mismo a una persona del cinturón de Granada con una alta formación. En media hora lo expliqué todo, se enteró perfectamente, me hizo algunas preguntas inteligentes y di todo por listo. ¡qué diferencia!  No tardé en comentarlo en la oficina, maldiciendo al torpe y vanagloriando al listo.  Lo vi claro, nuestro futuro era tener clientes listos de forma que trabajáramos poco y cundiera mucho.  Y me acosté pensando eso.  

¡Qué equivocado andaba!. Aprendí mucho de aquello. A los dos días me llamó el listo que no funcionaba nada. Tuve que ir corriendo. Se había 'cargado' el directorio raíz del ordenador (era un PC con MSDOS) intentando instalar algo y no arrancaba.  Tras una hora larga lo dejé funcionando.  Al día siguiente tuve que volver porque una cosa no se había quedado bien (no nos dimos cuenta). A la semana siguiente otra vez corriendo a ver a mi cliente listo porque había vuelto a hacer otra trastada y aquello fue peor, varias horas para recuperar datos y dejarlo todo bien.  No fue la última vez, tuve que volver dos más y además recibir quejas de que no sacaba lo que quería. LLevaba razón, no sacaba lo que quería porque ... no metía los datos, cometía errores y unas cuántas cosas más.

Y ya un poco harto de cliente listo llamé al torpe. Daba por hecho que no había sido capaz ni de encender el ordenador.  Le pregunté como iba todo y me contestó que bien. Ya tenía 3 contabilidades lista y no le faltaba mucho de las otras dos.  No recuerdo si me lo creí, pero cuando le hice una visita a los pocos meses pude comprobarlo. Todas las contabilidades al día y sin problemas

Aprendí mucho de aquello. A valorar mejor las personas, tener menos prejuicios y estar más dispuesto a aprender de otros.

Pronto pienso escribir un artículo en este blog que se titulará 'buenos y malos usuarios', pero ya adelanto que el peor usuario es el que no quiere hacer bien las cosas y el mejor el que sí quiere.  No sé si querer es poder pero en todo caso le falta poco.