jueves, 25 de abril de 2013

PC, portátiles, tablets y móviles

El artículo de hoy es liviano y corto.  Me preguntan a menudo que si es mejor un portátil que un ordenador de sobremesa. O que si un tablet sirve más o menos que un portátil. E incluso que si es suficiente un móvil.  La pregunta va acompañada a menudo de saber que se compran, si una cosa u otra.

Hay mucha literatura al respecto y no me considero ningún gurú de las nuevas tecnologías (es que de hecho, no creo en los gurús, pero ese es otro tema). Sí me gustaría aclarar algunas ideas para responder a esas preguntas.

En primer lugar hay que considerar que la ergonomía de una solución u otra depende en parte de la persona.  Por ejemplo, yo soy miope y eso hace que si me quito las gafas soy capaz de ver la pantalla del móvil mucho mejor que la mayoría de los mortales. Por otro lado el teclado del ipad me pone nervioso porque no alcanzo ni de lejos la velocidad del teclado de toda la vida. 

Creo que las siguiente consideraciones son bastante objetivas.

El Tablet es posiblemente la mejor solución para recibir información.  Mi ipad ha sustituido a la prensa escrita que compraba para la hora de comer o el café.  El tablet es ideal para leer una noticia, buscar información o consultar un documento o unos datos.  Además pesa poco, se maneja fácilmente y es muy transportable.  El móvil es más liviano, pero la pantalla del tablet es muy superior.  Para una consulta breve, unas pocas líneas, el móvil es suficiente, pero para consultar un texto en condiciones (basta con que sean dos páginas), un plano, una gráfica  y otras muchas informaciones, no cabe duda: Un tablet con pantalla de 10" gana a todos los demás dispositivos de la lista.  ¿qué pega tienes? pues dos.   La principal es cuando se quiere no recibir sino producir información.  La segunda es más fácil de comentar. Las lecturas largas en el tablet cansan la vista debido a su pantalla iluminada.   Por eso, aunque es posible leer un libro en un tablet es preferible por comodidad un ebook.  Un ebook de verdad, con pantalla de tinta líquida.  La diferencia entre los dos dispositivos es muy clara: Un ebook es un tablet con pantalla pequeña y monocroma, prestaciones muy recortadas, muy cómo de leer y que apenas gasta batería. ¡qué buena definición de ebook, acabo de hacer!. Eso sí, conviene aclarar que hay ebooks que no encajan.  No son ebook de verdad porque la pantalla es TFT y no de tinta líquida.  En realidad son tablets, así que los saco de mi definición.

Vamos ahora a la pega fundamental del tablet.  Producir información. Ni de lejos puedo hacer con el tablet lo que hago con mi ordenador de sobremesa. El teclado me permite correr mucho más y cometer menos errores.  La pantalla me da mucha más información a la vez.  Tareas como procesar una foto con photoshop no son factibles con el tablet y no solo porque no hay photoshop para tablet (bueno hay pequeños inventos, pero muy muy recortados), sino porque gran parte de mis rutinas se aceleran gracias al teclado.  Hoy he preparado varias fotos a las que le he cambiando el tamaño, le puesto un anagrama, he unido las capas y las he guardado.  O sea: Ctrl+G, Ctrl+V, Ctrl+E, Ctrl+S.  Algunas pulsaciones  las disparo.

Entre ordenador de sobremesa y portátil la elección queda al gusto del usuario. El primero tendrá mejor teclado (¡normalmente!), mejor pantalla (¡normalmente!), un ratón en condiciones y una buena ergonomía.  El segundo tendrá más movilidad. Pero para la mayoría de aplicaciones ambas opciones serán buenas.

Antes de terminar una idea clave: Uses lo que uses, los datos en la nube.  Todos los meses me llega un mensaje por facebook o parecido de alguien pidiendo los teléfonos porque se le ha roto el móvil.  Y varias veces al año alguien se sube por las paredes porque se le ha roto el portátil y ha perdido decenas o centenares de horas de trabajo. Eso es un error. La información debe estar en la nube y debes tener un par de copias de ella. Preferiblemente en sitios distintos y distantes.  Normalmente no ocupará mucho, unos pocos gigabytes. No es mi caso, dónde mi colección de fotos son 6 Terabytes, pero pese a ello tengo una buena selección en la nube (200 Gbytes) y copias de seguridad.

En resumen:

Para producir información, un ordenador
Para consultar información, un tablet.  Una versión resumida del tablet es el móvil que además de servir para llamar por teléfono (¿lo sabías?, a veces me olvido) para consultas muy breves suple al tablet
La información debe estar en la nube con copia de respaldo

¿Y qué nos traerá el futuro? En fin, antes he evitado las predicciones, pero creo que lo suyo es que podamos unir los dispositivos. Que bueno sería que mi pantalla de 21 pulgadas se pudiera usar como un tablet, con mi teclado y que este mismo teclado me valiera para la pantalla que me he llevado de viaje de 12 pulgadas, porque la de 21 me era incómoda (todavía no pido que rea enrollable). ¿La CPU? pues, suponiendo que haga falta, pequeñita y a mano de todos estos dispositivos, pero más adelante cada dispositivo con su CPU, que si hace falta una potente también estará en la nube.


viernes, 12 de abril de 2013

Acotando los prejuicios y tópicos

Una de las temáticas que pienso explotar en este blog es la formación de los usuarios en un sentido amplio. Espero apostar por unos usos concretos de la informáticas, elogiar algunas actitudes y criticar otras.   Como ya expondré en otro artículo pienso que hay que cambiar radicalmente los paradigmas de formación en informática.

Eso me va a llevar a hablar de buenos y malos usuarios.  Y antes de hacerlo me gustaría hacer algunas aclaraciones previas. En general pretendo en este artículo definirme contra los prejuicios y tópicos pero sin ponerlos como tabú.  Quiero decir, claramente, que me posiciono, por ejemplo, contra considerar que los negros son menos inteligentes que los blancos, pero que no pienso que sea un tabú hablar de inteligencia de unos y otros.  Por cierto, mi experiencia en un diálogo como el que acabo de citar fue ver la poca inteligencia del que planteaba el tema.

Así, cuando critique prácticas citaré  este artículo para evitar sufrir etiquetas que creo no tener. Aunque admito discutirlo, no estoy seguro de todo.

Por cierto, aunque me refiero a los prejuicios y los tópicos sobre los usos de la informática, en muchos casos son prejuicios sexistas o incluso racistas. 

Vamos a ello.

Para los que trabajamos en la informática es fácil ser prepotente con el que no sabe. Creo que eso es un error. Por contra conozco a quien en un alarde de ser 100% políticamente correcto, no solo comprende sino que aplaude y fomenta la incultura informática.  Me parece igual de censurable que la postura anterior.

Muy a menudo cuando hablo de prejuicios me viene a la mente una frase de Simone de Beauvoir que leí en su obra 'El segundo sexo'. Decía más o menos que los norteamericanos no dejaban otra opción a los negros que ser limpiabotas y de los resultados de esa discriminación deducían que solo servían para limpiar botas.

Mi propuesta de 'solución' es criticar con respeto.

En muchos casos cuando informatizamos una empresa nos encontramos a alguien ignorante en informática pero .... experto por ejemplo en fabricar quesos.  Mi objetivo es que fluya los conocimientos de unos a otros. Así ganamos los dos.

Voy a contar mi primera anécdota de usuarios malos y buenos.  Esto me pasó en 1985, en los comienzos de Estudio Informática, el proyecto que empecé con un compañero y en el que 28 años después sigo.  Omitiré datros.  Hice un viaje a 60 kms de Granada para instalar una aplicación de contabilidad. Yo la explicaba en una o dos horas. Volví desesperado. En más de 3 horas expliqué menos de lo habitual.  Me encontré con una persona torpe, al que había que repetir las cosas 4 ó 5 veces y no se enteraba de nada. La casualidad hizo que al día siguiente fuera a hacer lo mismo a una persona del cinturón de Granada con una alta formación. En media hora lo expliqué todo, se enteró perfectamente, me hizo algunas preguntas inteligentes y di todo por listo. ¡qué diferencia!  No tardé en comentarlo en la oficina, maldiciendo al torpe y vanagloriando al listo.  Lo vi claro, nuestro futuro era tener clientes listos de forma que trabajáramos poco y cundiera mucho.  Y me acosté pensando eso.  

¡Qué equivocado andaba!. Aprendí mucho de aquello. A los dos días me llamó el listo que no funcionaba nada. Tuve que ir corriendo. Se había 'cargado' el directorio raíz del ordenador (era un PC con MSDOS) intentando instalar algo y no arrancaba.  Tras una hora larga lo dejé funcionando.  Al día siguiente tuve que volver porque una cosa no se había quedado bien (no nos dimos cuenta). A la semana siguiente otra vez corriendo a ver a mi cliente listo porque había vuelto a hacer otra trastada y aquello fue peor, varias horas para recuperar datos y dejarlo todo bien.  No fue la última vez, tuve que volver dos más y además recibir quejas de que no sacaba lo que quería. LLevaba razón, no sacaba lo que quería porque ... no metía los datos, cometía errores y unas cuántas cosas más.

Y ya un poco harto de cliente listo llamé al torpe. Daba por hecho que no había sido capaz ni de encender el ordenador.  Le pregunté como iba todo y me contestó que bien. Ya tenía 3 contabilidades lista y no le faltaba mucho de las otras dos.  No recuerdo si me lo creí, pero cuando le hice una visita a los pocos meses pude comprobarlo. Todas las contabilidades al día y sin problemas

Aprendí mucho de aquello. A valorar mejor las personas, tener menos prejuicios y estar más dispuesto a aprender de otros.

Pronto pienso escribir un artículo en este blog que se titulará 'buenos y malos usuarios', pero ya adelanto que el peor usuario es el que no quiere hacer bien las cosas y el mejor el que sí quiere.  No sé si querer es poder pero en todo caso le falta poco.